Aaaaaaah! Dirigi pela primeira vez com carros em volta!!!! Até na direção contrária!!! Êêê!!

Final da Copa, em casa: Pai, Mãe, Lav, Tia Rosa, Miriam, Ken, Ravit, Fabíola, Cláudio, Giovana, Julia, Flávio e Kit. Só faltamos o Gastón, eu e o Gabriel. :-\

     Eran idénticas las gemelas Gómez, sólo las distinguía la precisión de algunos gestos. Sin embargo, esa diferencia en sus rostros era la exacta medida de la diferencia en sus espíritus. La tía Marcela tenía en los ojos la luz de quienes le buscan a la vida su mejor lado, la de quienes para su desgracia no accedieron a la felicidad que sólo pueden disfrutar los tontos, pero que están dispuestos incluso a parecerlo con tal de asirse a la punta de alguna dicha. Por eso canturreaba siempre, para dormir a los niños y para despertarlos, para ensartar una aguja, para rogarle al cielo que los huevos del desayuno no se pegaran a la sartén, para pedirle a su marido que la mirara como al principio y hasta para acompañar el soliloquio de sus largas caminatas.

     La tía Jacinta heredó de su madre una melancolía extenuante. A veces se quedaba mirando al infinito como si algo se le hubiera perdido, como si el infinito mismo no le bastara a su anhelo de absoluto. A veces la entristecía no haber nacido en Noruega una noche de tormenta, no conocer el Congo, ni saberse capaz de viajar por la India. Estaba segura de que nunca vería Egipto, de que jamás podría recorrer la sierra de Chihuahua, de que el mar con sus traiciones y sus promesas no sería nunca su compañero de todos los amaneceres. Desde niña había leído con pasión, pero de cada historia que leía no sacó nunca la certidumbre de estar dentro de ella que sienten muchos lectores. Al contrario, cada historia, cada lugar, cada personaje había servido siempre para que ella se hundiera en la nostalgia de sólo ser ella. No sería jamás una suicida como Ana Karenina, ni una borracha como Ava Gardner, ni una loca como Juana de Orleans, ni una invasora como Carlota Amalia, ni una cantante desaforada como Celia Cruz.

     Tenía cinco hijos, nunca podría saber lo que era tener dos ni lo que sería tener diez. Tenía una casa mediana y un marido comerciante, nunca sabría de los palacios, ni del hambre. Su marido tenía el pelo castaño y dócil, ella jamás entendería lo que era acariciar un pelo hirsuto y negro como el de Emiliano Zapata, una cabeza dorada como la de Henry Fonda o una por completo calva como la del Obispo Toríz.

     A veces su hermana interrumpía una canción para preguntarle en qué pensaba, por qué en los últimos quince minutos no había dado un pespunte. Entonces la tía Jacinta le contestaba cosas como:

     

Putz, que saudade da Lindona, que falta que ela me faz às vezes…

Foi meu mundo que caiu não, foi meu queixo. E a língua tá de fora por conta do calor.



Diagrams with gray and colored shapes on various backgrounds were among the objects Goethe studied in his investigations of color. The exploratory approach that Goethe and others followed has often proved valuable for science, especially when no overarching conceptual framework exists to guide experimentation. In their article on page 43, Neil Ribe and Friedrich Steinle discuss philosophical and historical aspects of this approach to research.

Assistir à Copa do Mundo inteirinha e ainda ver o Brasil ganhar, sem ter que ouvir a voz do Galvão Bueno: não tem preço.